El Vestido

Para mí, y supongo que como para muchas novias... el vestido es uno de los pilares más importantes del Gran Día. Os voy a contar como fue el momento de la elección del vestido (porque sí, ya lo tengo elegido... y además fui súper previsora. Sin quererlo me encontré con que lo tenía 12 meses antes de la fecha!!!)

Era el mes de Octubre cuando por la web vi que hacían la presentación de la colección 2012 de Pronovias. Podías ir a alguna de las tiendas seleccionadas (bajo cita previa) a ver los nuevos vestidos. Rápidamente llamé para pedir cita, tenía curiosidad , ganas de ver los vestidos y de empezar a soñar un rato. Me dieron cita, llamé a mi madre y las dos nos plantamos en Pronovias Barcelona para echar la tarde. Ni mucho menos me imaginaba que ese día iba a salir de allí con vestido elegido!!! Ni siquiera pensé que me probaría algún vestido, imaginaba que sólo era verlos y si me gustaba alguno reservar fecha para otro día.
Una vez allí tuvimos que esperar un rato... estaba la tienda llena de chicas con sus madres. Cuando me tocó mi turno empecé a mirar en el catálogo los vestidos del 2012 y a elegir los que me gustaban para probármelos (Dios! iba a probarme un vestido de novia por primera vez... y yo sin saberlo!!!) Total, creo que elegí 3 vestidos, uno de los que más me gustaban no lo tenían en tienda así que me dieron los otros 2 para probar. Me probé el primero; era bonito y según mi madre me quedaba bastante bien (qué va a decir una madre! jaja) Recuerdo que me sentí incomodísimo con él, no podía dar un paso al frente y pesaba muchísimo pero bonito era un rato. Me probé el segundo: Era muy clásico, demasiado para mis 25 años. No pegaba para nada con mi estilo y el precio desorbitado.
A esto que vino Manuela, la responsable de la tienda (un encanto de mujer) y me dijo: Te voy a sacar un vestido que te tienes que probar... hazme caso! Vi el vestido primero en foto y le dije: Uii es que esta parte del vestido no me convence... no creo que me guste. Ella insistió: Tú pruébatelo primero y me dices... Dicho y hecho; trajo el vestido , me lo probé y la primera sensación que tuve fue: Guauuuuu parece que no lleve nada puesto, no pesa!!! La segunda cosa que pasó fue oír a mi madre decir: Ayy Sara, este vestido está hecho para tí!

Fue una sensación mágica, inexplicable, sentí que ese vestido me encantaba, me quedaba bien, congeniaba con mi cara, con mi pelo, con mi cuerpo... y era comodísimo!
Manuela y Fernanda (la otra chica que me atendió, también un encanto) acompañaron a mi madre diciendo que me quedaba espectacular. Yo me quedé como en estado de shock pensando: a ver , ¿qué está pasando? ¿El tercer vestido que me pruebo y ya es el mío? ¿Tan fácil era encontrarlo?
Manuela me dijo: Sara, quieres ir a fuera del probador a mirarte que hay más luz y espejos más grandes¿ Y yo: Sí,sí... vamos ( a todo esto yo estaba como en una nube)
Salimos a fuera, y como en una película esto fue lo que pasó: Me sitúo frente al espejo, levanto la vista y comienza a sonar una canción de Eros Ramazzotti que a Asier y a mí nos gusta muchísimo. Sentí que era una señal y lo acabé de ver claro;
¡Ese vestido era para mí !


Sara